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En el episodio de hoy tengo conmigo a Claudia de Juan, que junto a su pareja Marcos son padres de Georgina, Mia y Bruno.
Claudia llevó el seguimiento de su primer embarazo en una clínica privada con un ginecólogo conocido y de confianza, pero tenía claro que quería un parto respetuoso y de baja intervención, en la medida de lo posible. En un control rutinario de la semana 35 no le gustó el consentimiento en bloque que tenía que firmar para dar a luz en el hospital privado, y se decantó por la opción de ir al hospital Son Llatzer, en Palma de Mallorca, por su reputación de atención respetuosa y su paritorio de baja intervención.
Durante el segundo embarazo de Claudia, le pilló el confinamiento. Tenía q trabajar desde casa, con una niña pequeña a la que atender. El estrés y la incertidumbre no fueron fáciles, y Claudia comparte cómo durante el tercer trimestre su hija dejó de crecer al ritmo previsto y bajó de percentil.
Los terceros partos a menudo son diferentes, y en su caso fisuró la bolsa en cama de noche, le dijeron q se quedara en el hospital, se dio unos paseos y el bebé se encajó. Claudia sintió mucha paz, mucho amor, pudo hacer la dilatación en la bañera y probar el oxido nítrico. En su recuerdo, el expulsivo fue la parte más dura, con más dolor.
Me encanta el episodio que vas a escuchar hoy porque Claudia consigue articular perfectamente sus razones para elegir un hospital sobre otro en el caso de su primer parto, y también los diferentes matices que hubo entre sus 3 experiencias, siendo que los 3 fueron partos de bajo riesgo y sin ningún tipo de intervención.
Espero que disfrutes su relato tanto como yo, ¡empezamos!
