Suscríbete al podcast: Apple Podcasts | Spotify | RSS
Sara Segovia se quedó embarazada de su primer hijo en Junio de 2014. La eco de las 12 fue perfecta, todo iba maravillosamente bien. Hasta la eco de las 20 semanas, en la que su mundo se paró. Le dijeron que había anomalías en el feto: hidrocefalia y ecogenicidad intestinal, con una gravedad incompatible con la vida. Le mandaron a hablar con la genetista del hospital y hala, ahí te las apañas. NEXT, PLEASE.
Sara y su pareja decidieron interrumpir el embarazo y necesitó curar una herida antes de salir otra vez al mundo, a vivir. Cuando se sintió preparada, fue en búsqueda de su siguiente embarazo. Sólo una vez había pasado las 21 semanas de gestación se permitió a sí misma alberagar esperanzas y disfrutar de la ilusión. Y entonces el hermano de una amiga le preguntó: «Oye Sara… ¿ya has pensado qué tipo de parto quieres tener?» Y poco después nació Julia en una experiencia que Sara describe como empoderada, sin miedo, confiando en su valía y haciendo equipo con su hija.
Lo malo viene para agitarnos los esquemas. Es como una prueba de resistencia. Como un examen para decirte si eres válido o no para pasar al siguiente nivel.
Pero cuando te pasan cosas malas, hay que vivirlas, sentirlas, digerirlas para que no te dejen trauma.
Notas del episodio:
[1.45] Sara nos cuenta que tiene una hija pero que ha tenido 2 embarazos
[4.04] En la ecografía de la semana 20 le dicen que hay un problema con el feto, que tiene hidrocefalia y una ecogenicidad intestinal. Le dijeron que podía ser de origen genético o vírico.
[5.38] Le dijeron que estaba en plazo para interrumpir el embarazo y le llevaron a una genetista en el hospital
[7.29] Sara tenía que tomar una decisión super rápido porque se le acababa el plazo para poder legalmente interrumpir el embarazo
[8.57] Cómo se sentía antes, durante y después de que le provocaran el parto y diera a luz a su bebé. Nos habla de su duelo, su tristeza, su dolor, su enfado, nos cuenta lo valioso que fue el apoyo de su pareja y su familia., pero lo difícil que se le hacía salir del dolor
[12.24] Unos meses más tarde, durante un tratamiento de fisioterapia, la terapeuta le pasó las manos por la tripa y de pronto Sara recibió la respuesta a su pregunta. Entendió por fin que sentía enfado con el mundo, y que iba a ser capaz de ser feliz y recuperarse a si misma
[15.13] Sara recuperó los papeles e informes anteriores a su primer embarazo. Mirando atrás, se había quedado embarazada en Junio, y en Abril le habían hecho unos análisis en los que habían detectado que tenía las transaminasas altas, y le vieron en un análisis vírico. El médico le había dicho en su fecha que no tenía que preocuparse por nada, pero vio en el informe que la IgM del citomegalovirus estaba en positivo – y que si el médico le hubiera prevenido de ello podría haber evitado el embarazo y la infección de su primer bebé.
[18.05] En marzo del año siguiente, Sara se quedó de nuevo embarazada. Nos cuenta el miedo que se pasa después de haber pasado un primera experiencia tan traumática, y del dolor invisible, el dolor silencioso, y el deseo de pasar la primera etapa del embarazo
[20.25] En una reunión con amigos, un chico le preguntó: “Sara, ¿tú has pensado cómo quieres que sea tu parto? Y le habló de partos no intervenidos, o con intervención mínima, de un libro “El bebé es un mamífero” de Michel Odent – y Sara tuvo un nuevo objetivo: dar a luz.
[23.20] Sara nos habla del miedo al parto, y la relación que hay con la falta de información
[25.43] En la visita de control antes de la semana 40 le hicieron la maniobra de Hamilton (separación de las membranas) y empezó a expulsar el tapón mucoso, quizá incluso tuviera una fisura de la membrana, y empezaron las contracciones poco después
[26.40] Por la noche se le pasaron las contracciones, y al día siguiente encima de la pelota de Pilares, haciendo ochos y tomando nota de las contracciones
[28.07] Cuando fue al hospital, Sara estaba de 3cm. Le ofrecieron la epidural y al rechazarla inicialmente le advirieron que luego quizá tendría que esperarse
[30.23] Después de varias horas, le pusieron oxitocina y epidural, rompió aguas, descansó un poquito, y se puso a pujar
[32.14] Como Sara quería donar la sangre del cordón, le llevaron al quirófano en vez de parir en la misma habitación de dilatación. Allí conoció a la ginecóloga, que sin informarle ni recibir su consentimiento se subió encima de ella
[34.19] Nació Julia, estaba super despierta. Salió en seguida la placenta, sin apenas darse cuenta., le pusieron solo un punto, y empezó en seguida con la lactancia materna.